La oración modelo de Jesús

0
756

“Y ésta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” (1 Juan 5:14-15).

Existe una oración modelo de Jesucristo, que además de enseñar a orar, enseña la práctica por medio de la oración y la búsqueda de la voluntad de Dios para nuestras vidas. San Mateo 6:9 “Vosotros, pues, oraréis así:…”

La oración del Padre Nuestro no es un modelo a ser usado con repeticiones, porque si oramos sólo repitiendo palabras no lograremos conectar nuestro corazón con Dios. El Padre Nuestro es una revelación de los puntos básicos y necesarios que debemos tomar en cuenta para la oración del individuo.

Podemos usar la oración de Mateo 6:9-13  “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”, pero necesitamos meditar e interiorizar cada palabra, cada expresión y sobre todo hacerla vida.

Hagamos una breve reflexión de esta oración modelo con la que Jesús nos enseña a orar:

Primero: Revela la necesidad del hombre en oración de reconocer la soberanía de Dios “Padre nuestro que estás en el cielo”. Hay un Dios soberano que abre la posibilidad de comunicarnos directamente con él. No hacen falta intermediarios, pues todos los hombres tenemos la posibilidad de  orar.

 Segundo: Reconocer la Santidad divina “Santificado sea tu nombre”. Reconocer es también vivir la santidad. Pues sin ella es imposible ver al Señor. La oración misma es un medio de humillación y petición para estar limpio por la sangre de Cristo y vivir en santidad.

Tercero: Pedir estar en el reino de Dios en el presente y en el futuro “venga tu reino”. No vivir nuestro reino, es decir no vivir conforme nuestra voluntad, menos el reino de las tinieblas. Cristo nos llamó para la libertad. El reino de Dios en nosotros nos hace libres.

 Cuarto: La sumisión total y verdadera a la voluntad de Dios. “Hágase tu voluntad, así en la tierra como en los cielos”. Buscar entonces el dominio total de Dios en nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo. Así como Dios es autoridad en los cielos, pedimos que sea autoridad en nuestra vida humana.

Quinto: Creer que Dios suple todas nuestras necesidades. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”. No vivir afanado con el día de mañana, pues como Dios cuida el pájaro cuidara de ti.

Sexto: La disposición del corazón a perdonar para luego recibir perdón, el perdón de Dios. “perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Recibir perdón es lo que más se busca; perdonar al semejante, es entender y aplicar el principio de Dios aún para con el enemigo.

Séptimo: Confiar en que recibiremos protección contra las tentaciones y acciones malignas. “Y no nos deje caer en tentación”. Jesucristo nos dio victoria sobre la carne. Por esto la necesidad  de la oración para vencer la tentación de caer en pecado.

Octavo: Devoción, adoración desde un corazón limpio y sincero. “porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”. Oración y adoración se mezclan y un cristiano no sobrevive sin estos dos elementos.  

Con la oración se satisface la necesidad humana de la comunión con el creador; con la adoración, con la adoración nos aseguramos de entregar a Dios toda la gloria a él debida.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here