Nota informativa | Vatican News
Con la ternura, sabiduría y claridad que lo caracterizan, el Papa Francisco ha compartido su intención de oración para el mes de abril, centrada en el impacto de las nuevas tecnologías en nuestras vidas.
A través de un videomensaje difundido por la Red Mundial de Oración del Papa, Su Santidad nos invita a orar “para que el uso de las nuevas tecnologías no reemplace las relaciones humanas, respete la dignidad de las personas, y ayude a afrontar las crisis de nuestro tiempo”.
En un mundo hiperconectado, donde la inteligencia artificial y las redes sociales avanzan a un ritmo vertiginoso, el Papa lanza una advertencia llena de amor pastoral: “Si pasamos más tiempo con el móvil que con la gente, algo no funciona”.
Francisco recuerda que la tecnología es fruto de la inteligencia que Dios nos ha dado, pero su uso debe estar al servicio del ser humano, no por encima de él. Señala también que el ciberacoso, el odio en redes y la exclusión digital pueden generar profundas heridas si no se enfrentan con responsabilidad.
El Santo Padre hace un llamado urgente a mirar “menos las pantallas” y “más a los ojos”, para no perder de vista lo verdaderamente importante: que todos somos hermanos, hijos de un mismo Padre.
Conmovido por los desafíos de nuestro tiempo, insiste en que la tecnología debe usarse para aliviar el sufrimiento de los más necesitados, para sanar, para conectar y no dividir, y para proteger nuestra casa común.
El videomensaje de abril fue producido con la colaboración de Coronation Media y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. El cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio, subraya que el progreso tecnológico debe estar siempre guiado por el respeto a la dignidad humana y al bien común.
El padre Cristóbal Fones, S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, señala que esta intención de oración está profundamente vinculada con el espíritu del Jubileo 2025, en el que una de las condiciones para obtener la indulgencia plenaria es, precisamente, orar por las intenciones del Santo Padre.
En definitiva, Francisco nos deja una exhortación tan sencilla como profunda: que nuestras capacidades digitales se pongan al servicio del amor, la fraternidad y la justicia. Que la tecnología no nos aísle, sino que nos ayude a abrazarnos más, a escucharnos mejor y a cuidar la vida en todas sus formas.