Ciudad del Vaticano — La mañana del miércoles 23 de abril de 2025, la Iglesia vivió un momento profundamente conmovedor: el cuerpo del Papa Francisco fue trasladado desde la Casa Santa Marta hasta la Basílica de San Pedro, donde permanecerá expuesto para que los fieles puedan rendirle el último homenaje, antes de la misa de exequias prevista para el sábado 26 de abril.
El solemne rito fue presidido por el cardenal Kevin Farrell, Camarlengo de la Santa Romana Iglesia, quien dirigió una breve pero sentida liturgia en la capilla de la residencia papal. Rodeado por los cardenales reunidos en Roma tras el fallecimiento del Santo Padre, el purpurado elevó una oración de gratitud por los 12 años de pontificado del Papa Francisco.
“Demos gracias al Señor por los innumerables dones que concedió al pueblo cristiano a través de su siervo, el Papa Francisco”, pronunció el cardenal. “Pidámosle que, en su infinita misericordia, lo reciba en su morada eterna y conforte con esperanza a toda la Iglesia, a Roma y al mundo”.
Tras la oración, el Colegio Cardenalicio encabezó la procesión fúnebre atravesando la Plaza de Santa Marta, bajo el Arco de las Campanas, hasta la imponente Plaza de San Pedro. Allí, más de 20,000 fieles, conmovidos y en silencio respetuoso, acompañaron con un aplauso contenido el paso del féretro mientras ascendía la escalinata de la basílica.
Una vez en el interior, el féretro fue colocado frente al Altar de la Confesión, uno de los lugares más sagrados del cristianismo. En ese momento, el coro entonó en latín las Letanías de los Santos, implorando el descanso eterno del Papa Francisco. Luego se proclamó un pasaje del Evangelio de San Juan (17, 24-26), en el que Jesús reza al Padre por sus discípulos, proclamando su amor y comunión con ellos.
El rito concluyó con el canto de la Salve Regina, el antiguo himno a la Virgen María, Madre de Misericordia, al que tantos papas y fieles han recurrido en sus momentos de oración.
Finalizado el rito, los cardenales se acercaron uno a uno para presentar sus respetos al Pontífice fallecido, dando paso luego a los fieles que comenzaron a ingresar a la basílica.
Las puertas de San Pedro permanecerán abiertas para los peregrinos que deseen orar ante los restos del Papa: el miércoles hasta la medianoche, el jueves desde las 7:00 hasta las 24:00 horas, y el viernes hasta las 19:00 horas.
La Iglesia peregrina en la tierra se despide con fe y amor de su pastor, mientras eleva su oración al cielo con la esperanza cierta de la resurrección.
Fuente: Vaticano News
