Cardenal Baldo Reina, Vicario de Roma: León XIV nos anima a ser una Iglesia sinodal, misionera y cercana a los pobres

Cardenal Baldassare Reina, Vicario General del Santo Padre para la Diócesis de Roma.

La Diócesis de Roma se llena de esperanza y gratitud ante su nuevo Obispo, el Papa León XIV, quien ya ha comenzado a marcar el rumbo de su pontificado con palabras que llaman a caminar juntos, a no cerrarse en uno mismo y a acercarse a los más necesitados.

Desde que el Papa León XIV pronunció sus primeras palabras en la Logia de las Bendiciones (la palabra logia significa balcón), la comunidad católica de Roma —y con ella toda la Iglesia— ha recibido un fuerte impulso espiritual. 

El cardenal Baldo Reina, vicario general del Papa para la diócesis de Roma y arcipreste de la Basílica de San Juan de Letrán, compartió un emotivo mensaje en nombre de toda la diócesis, publicado en el semanario Roma Sette, suplemento del diario Avvenire.

“Lo esperamos con alegría en su catedral”, dice el cardenal, refiriéndose a la Basílica de San Juan de Letrán, catedral del Obispo de Roma. Y añade: “La Iglesia de Roma ya lo ama, porque reconoce en usted a quien Dios ha escogido desde siempre para ser el dulce Cristo en la tierra”.

Una Iglesia sinodal y misionera

Inspirados por las palabras del nuevo Papa, el cardenal Reina expresa el deseo de que Roma —y toda la Iglesia— sea verdaderamente sinodal: una Iglesia que camina junto con los hombres y mujeres de hoy, especialmente los más pobres; una Iglesia abierta al diálogo y atenta a los desafíos de este tiempo, sin miedo a ensuciarse los pies en los caminos difíciles de la historia.

El mensaje también subraya la urgencia de ser una Iglesia misionera, no encerrada en sí misma, sino extrovertida, que anuncia con alegría el Evangelio, vive desde la gratuidad y siembra paz en cada rincón donde se encuentra, tanto en el hogar como en la comunidad.

Con cariño y oración

El cardenal comparte una anécdota cercana: el día de la aceptación del nuevo Papa, al saludarlo, le dijo: “Santo Padre, le traigo el abrazo y las oraciones de toda su diócesis, que lo quiere y lo acompaña”. El Papa le respondió con una sonrisa y un agradecimiento sincero.

“Mientras lo esperamos en su catedral”, concluye el cardenal Reina, “le aseguramos nuestra ferviente oración para que nos confirme en la fe y nos ayude a seguir a Cristo, el Hijo de Dios vivo”.

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