Nicea 325-2025: El Concilio que cambió la historia del cristianismo

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Este año, la Iglesia conmemora 1700 años del Primer Concilio Ecuménico de Nicea, celebrado en el lejano año 325 d.C. Un aniversario que no sólo invita a recordar, sino también a comprender por qué este evento marcó un antes y un después en la historia del cristianismo. ¿Qué ocurrió allí? ¿Por qué fue tan importante? ¿Qué se discutió y qué cambió para siempre?

Aquí te lo contamos con datos serios… ¡y también con sabor a trivia histórica!

¿Qué motivó el Concilio?

Una crisis de fe… en el seno de la fe.

A comienzos del siglo IV, la Iglesia vivía una profunda división doctrinal provocada por un sacerdote llamado Arrio, de Alejandría. ¿Su idea? Que Jesús no era verdaderamente Dios, sino una criatura excelsa, anterior al mundo, pero inferior al Padre. En resumen: hubo un tiempo en que el Hijo no existía.

Esta enseñanza encendió una tormenta. Los obispos del orbe cristiano estaban divididos. El cristianismo, recién salido de las catacumbas tras siglos de persecución, se enfrentaba ahora a una amenaza interna más peligrosa que cualquier emperador romano.

¿Quién lo convocó?

Un emperador recién bautizado… y diplomático. 

El convocante fue el emperador Constantino I. Sí, el mismo que en el Edicto de Milán (313) legalizó el cristianismo. Constantino no era un teólogo, pero entendía que una Iglesia dividida significaba un imperio dividido. Por eso, decidió reunir a los obispos de todas partes para lograr un consenso… o al menos paz.

Dato curioso: ¡Constantino pagó los viáticos de los obispos y presidió algunas sesiones vestido de púrpura imperial!

¿Dónde queda Nicea?

En Asia Menor, hoy Turquía.

Nicea (hoy llamada İznik) está situada en la región de Bitinia, a orillas del lago Ascanius. Era un lugar estratégico: ni demasiado cerca de Roma, ni demasiado lejos de Constantinopla, la flamante nueva capital del Imperio.

¿Quiénes asistieron?

Más de 300 obispos… y sólo uno de occidente.

Se calcula que asistieron 318 obispos, aunque algunas listas mencionan 250 o incluso 270. La mayoría provenía de Oriente (Palestina, Siria, Egipto, Asia Menor). De Occidente asistió solo un obispo personalmente: Osio de Córdoba, pero con delegación del Papa Silvestre I. También llegaron representantes de Roma, Cartago, Antioquía y Jerusalén.

Un testigo célebre: El joven diácono Atanasio, futuro patriarca de Alejandría y uno de los grandes defensores de la fe nicena. ¡Tenía menos de 30 años!

¿Qué se debatió?

Lo esencial: ¿Quién es Jesús?

El Concilio discutió principalmente sobre la divinidad de Cristo. ¿Era el Hijo consustancial al Padre (de la misma naturaleza), o sólo semejante? Arrio decía que Jesús era distinto, creado por el Padre. Los obispos, liderados por Atanasio y Osio, defendieron que el Hijo es Dios verdadero, igual al Padre, sin principio ni fin.

¿Qué se decidió?

La fe común, en una sola voz.

El resultado fue la formulación del Credo de Nicea, con una expresión contundente:

“Creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios… engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre (homoousios).”

Arrio fue excomulgado, y sus escritos condenados. Pero la batalla no terminó ahí: las herejías seguirían, y el credo sería completado en el Concilio de Constantinopla ( en el año 381).

Otras decisiones del Concilio

  • Fecha de la Pascua: Se definió que se celebraría el domingo siguiente a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera, para unificar la celebración entre Oriente y Occidente.
  • Prohibiciones eclesiales: Se reafirmó el celibato episcopal, se prohibió que los clérigos vivieran con mujeres no familiares, y se establecieron normas disciplinarias.
  • Orden jerárquico: Se reconoció la primacía de las sedes de Roma, Alejandría y Antioquía.

Algunas anécdotas

  • San Nicolás (sí, el de Santa Claus) habría asistido al concilio. La leyenda dice que, al oír las blasfemias de Arrio, le dio una bofetada. ¡Y fue arrestado por ello!
  • El emperador Constantino habría dicho: “Dividir a la Iglesia es peor que matar a mil hombres”.

¿Por qué sigue siendo importante hoy?

Porque el Concilio de Nicea definió el núcleo del cristianismo: que Jesús no es un profeta ni un semidiós, sino Dios verdadero, igual al Padre y Salvador del mundo.

Sin Nicea, el cristianismo no habría conservado su identidad trinitaria que cree que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y nuestro Credo dominical, ese que recitamos en misa, es en realidad una herencia viva de aquellos días de intensos debates, fe ardiente y decisiones valientes.

En resumen:

  • Año: 325 d.C.
  • Lugar: Nicea (actual İznik, Turquía)
  • Convocado por: Emperador Constantino I
  • Tema principal: ¿Es Jesús verdaderamente Dios?
  • Resultado: Condena del arrianismo y formulación del Credo
  • Asistentes: Alrededor de 318 obispos
  • Idioma del Concilio: Griego
  • Duración: Mayo a agosto
  • Legado: Primer paso hacia el símbolo de fe universal: el Credo Niceno-constantinopolitano.

Conclusión

Nicea no fue sólo un concilio. Fue un acto de amor a la verdad. Un paso valiente para preservar la identidad de Jesús y de su Iglesia. Hoy, 1700 años después, nos recuerda que también nosotros estamos llamados a confesar con claridad, profundidad y valentía: “Creo en Jesucristo, Hijo único de Dios, Dios verdadero de Dios verdadero…”

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