El Papa León XIV envió al mundo un mensaje de fe, esperanza y cercanía espiritual hacia Afganistán, tras el devastador terremoto que azotó la región oriental del país la noche del 31 de agosto. La tragedia, con más de 800 muertos y miles de heridos, dejó a comunidades enteras en luto y necesidad urgente de ayuda humanitaria (vaticannews.va).
A través de un telegrama enviado por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, el Papa encomendó a las víctimas y a sus familias “a la providencia del Todopoderoso”, invocando sobre ellas el consuelo divino que trasciende el dolor humano. El Santo Padre pidió a Dios que fortalezca a quienes lloran a sus seres queridos y a quienes, con sacrificio y generosidad, trabajan día y noche en las labores de rescate.
La oración del Papa no se limitó a un gesto de solidaridad humana, sino que apuntó al horizonte de la fe: recordar que, incluso en medio del sufrimiento, Dios no abandona a sus hijos. En un país golpeado por la guerra, la pobreza y la falta de recursos, la voz del sucesor de Pedro resonó como un recordatorio de que la verdadera esperanza no nace de las fuerzas humanas, sino del amor eterno de Dios.
El epicentro del sismo se localizó cerca de Jalalabad, en una zona montañosa y de difícil acceso. Las condiciones adversas y la reducción de los fondos internacionales agravan la situación humanitaria, lo que hace aún más urgente la respuesta de la comunidad internacional. La ONU ya ha desplegado equipos y ha exhortado a no escatimar esfuerzos en apoyo a las víctimas.
En medio de esta catástrofe, el Papa León XIV ofrece una mirada que va más allá de la emergencia inmediata: llama al mundo a la solidaridad concreta, pero también a unirnos en oración. Porque, como recuerda la Iglesia, cada acto de compasión y cada plegaria se convierten en un signo visible del Reino de Dios que comienza aquí y ahora, incluso entre los escombros.
Fuente original: Vatican News, “El Papa expresa su dolor por el terremoto en Afganistán…”, 1 de septiembre de 2025 (vaticannews.va).











