En la fiesta litúrgica de la Virgen de los Dolores de Soriano, patrona diocesana, el obispo de Querétaro, Mons. Fidencio López Plaza, emitió un decreto mediante el cual se promulga con carácter obligatorio el “Protocolo de prevención y actuación frente al abuso sexual a niñas, niños, adolescentes o personas vulnerables”.
Hasta el momento de esta publicación el decreto aún no aparece en la página oficial de la Diócesis pero sí está publicado en la página de Facebook del Semanario Comunión, órgano oficial de comunicación de la Diócesis de Querétaro.
Dignidad humana y compromiso eclesial
El documento inicia recordando que “a cada persona humana le corresponde una dignidad infinita, más allá de toda circunstancia, estado o situación”, un principio que la Iglesia reafirma como expresión de la imagen de Dios en cada ser humano.
Desde esa convicción, el obispo subraya que las comunidades eclesiales deben ser “un lugar seguro para todos”.
El decreto hace memoria de los pasos dados por los últimos pontífices: “Desde el papa san Juan Pablo II, hasta las orientaciones del papa Francisco, la Iglesia ha dado pasos importantes en el cuidado y tutela de los menores y personas vulnerables, así como en la erradicación de los abusos de poder, de conciencia o sexual”.
Ámbito y obligatoriedad
El Protocolo se establece con carácter obligatorio para toda la diócesis. En palabras del decreto, su finalidad es “establecer directrices claras y precisas sobre el comportamiento ético y evangélico de todos los agentes de pastoral de la Diócesis de Querétaro –clérigos, consagrados o laicos– en el ejercicio de los diversos servicios y ministerios, que prevenga cualquier tipo de abuso, así como establecer el procedimiento a seguir frente a la revelación o fundada sospecha de un abuso sexual”.
El artículo primero señala que deben cumplirlo: sacerdotes incardinados en la diócesis, religiosos, seminaristas, laicos —remunerados o voluntarios— en parroquias, colegios, movimientos, asociaciones u oficinas diocesanas, y en general toda persona con contacto habitual con menores o personas vulnerables.
Formación y responsabilidad compartida
El artículo segundo enfatiza que “las disposiciones del Protocolo tienen carácter vinculante y deben ser conocidas, aceptadas y observadas íntegramente”. Para ello, todos los agentes de pastoral deberán recibir formación obligatoria en prevención de abusos y firmar un compromiso de adhesión.
Además, los responsables de cada institución eclesial —párrocos, rectores, superiores, directores, coordinadores— deberán asegurar que el personal a su cargo conozca y cumpla estas normas.
Supervisión y sanciones
La supervisión de la aplicación corresponde a la CODIPROME, en coordinación con el obispo diocesano. El decreto advierte que el incumplimiento podrá dar lugar a “sanciones civiles, canónicas o disciplinarias, conforme al derecho, incluida la suspensión de funciones o actividades pastorales”.
Con este decreto, la diócesis reafirma su compromiso evangélico de proteger la vida y la dignidad de los más vulnerables, dando un paso firme en la construcción de comunidades seguras y confiables.
Para ver la publicación en Facebook localiza la publicación del 15 de septiembre de 2025 en: https://www.facebook.com/ComunionQRO











