Cómo hacer una visita eficaz a los hermanos de la congregación

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Una de las prácticas cristianas de mayor valor en lo que se refiere a actos de fraternidad es la visita a los hermanos de la congregación. Y no hablamos solamente de la visita de los pastores a los fieles, sino incluso a la sana visita entre hermanos en la fe.

Sin embargo, es necesario que las visitas sigan un orden y ciertas reglas para asegurar su eficacia y evitar caer en errores que puedan degenerar el propósito de visitarse mutuamente. 

Para comenzar, es preciso tener en claro el propósito fundamental de la visitación, que es animarse en la participación, fortalecer la fe y buscar el crecimiento espiritual.

Algunos de los errores mas frecuentes que se cometen en las visitaciones son los siguientes:

  • Hacer de la visitación un tiempo de chismes o consejería secular
  • Enfatizar la experiencia personal en lugar de la Palabra de Dios
  • Permitir la ausencia de momentos importantes de oración
  • Llegar sin previo aviso
  • Llegar sin compañía cuando visitas un miembro del sexo opuesto
  • Llegar sin la Biblia o no usarla durante la visitación
  • Dejar que la distracción consuma todo el tiempo

Las visitas deben ser coordinadas y aprobadas por el pastor principal de la iglesia, quien se debe asegurar de que los visitantes estén preparados, debidamente formados en la sana doctrina y que tengan claros los propósitos de las visitas.

Algunas de las recomendaciones más importantes a tomar en cuenta en las visitas son las siguientes:

Coordina la visita con anticipación

Las visitas no pueden ser improvisadas ni fruto de una ocurrencia, sino que deben tener propósitos claros. Esos propósitos deben ser previamente mencionados con claridad a los hermanos a visitar, de la misma manera que también se debe mencionar el tiempo aproximado que durará la visita.

No es correcto llegar a casa de los hermanos sin su aprobación previa ni tampoco es correcto que los hermanos visitados desconozcan en qué ha de consistir la visita.

Llega a la casa visitada con palabras de agradecimiento y con un enfoque congregacional

El hermano visitante está representando al cuerpo de Cristo. Puedes decir algo como: “Gracias por recibirnos en tu hogar. Como bien sabes, nuestra iglesia y nuestros pastores están comprometidos con el crecimiento espiritual de cada miembro. Estoy agradecido por este tiempo especial para animarnos unos a otros para crecer, conocer y seguir a Jesús como buenos discípulos”. 

Mantén la convivencia en control

Es natural hablar de diversos temas personales cuando uno llega a una casa. El clima, noticias recientes, deportes, salud, trabajo… pero recuerda que ese no es el propósito de la visita y en nuestra cultura se puede dedicar horas a este tipo de conversaciones. Por esta razón debes cuidar que este tipo de conversaciones sea breve y prácticamente no tenga peso en la visita.

Recuerda tener transiciones marcadas

Muchas personas aun no han aprendido la utilidad y el poder de las transiciones. Sin transiciones las personas usualmente quedan confundidas y desorientadas. Una transición es una clara expresión de que una etapa diferente de la reunión esta comenzando. En una visitación se escucharía algo así: “Muy bien, ahora vamos a comenzar nuestro tiempo de oración y meditación bíblica.” Una siguiente transición sería: “ahora quisiéramos abrir un tiempo para compartir cómo hemos estado espiritualmente”.

Oración

Comienza el tiempo de oración preguntando si hay alguna petición de oración que tengan en sus corazones. Si la petición de oración es significativa anótala y recuerda orar durante la semana por dicha petición.

Ánimo bíblico

Un tiempo central de la visita consiste en compartir una porción bíblica o un versículo y se le anima a la persona a continuar creciendo en amor al evangelio de Jesucristo y su santidad. 

Selecciona previamente las lecturas procurando que tengan una misma orientación y sentido. Es recomendable seleccionar pasajes relacionados tanto del Antiguo Testamento, como de alguno de los Evangelios y complementar con otra lectura del Nuevo Testamento, ya sea epistolar o del libro del Apocalipsis.

Preguntas espirituales

En este ultimo paso recuerda hacer preguntas profundas. Por ejemplo: ¿Cómo ha estado tu vida de oración diaria? ¿Cómo ha estado tu lectura y meditación bíblica diaria? ¿Has podido perseverar en Devocionales Familiares regulares? ¿Existe alguna manera en la que la iglesia pueda ayudarte en algo?

Concluye con una breve oración y palabras de gratitud

Brevemente ora por las necesidades espirituales de la familia y la unidad y madurez espiritual de la iglesia. Siempre es importante que las visitaciones a los hogares fomenten un amor por la iglesia local. Termina diciendo algo como: “Eres una bendición para mi y para toda la iglesia. Te apreciamos mucho y oramos por que sigamos creciendo en unidad como familia en Cristo.”

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