Cómo perseverar la fe en la etapa universitaria

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La etapa universitaria es una de las más complicadas para preservar en la fe, es más complicada que la preparatoria o la secundaria donde los cristianos suelen ser acosados con burlas crueles que buscan humillar a los jóvenes de fe. 

La universidad es más compleja porque es la etapa en que la intelectualidad y el raciocinio invaden la mente de los universitarios cristianos, ponen en tela de juicio las verdades teológicas y con frecuencia concluyen que es más sencillo negar las verdades bíblicas que sostenerlas.

¿Cómo mantener la fe cristiana cuando se tiene que soportar el peso del relativismo, el valor de la duda y el intelectualismo?

1. Conoce tu fe

Asistir a la iglesia, mientras estás en la universidad, te convierte en blanco fácil para que la gente se te acerque para decirte que ser creyente no está bien porque es irracional, que va contra la lógica y no corresponde a tu nivel intelectual.

Pero cuando se asiste a la iglesia en calidad de espectador, la fe que puedes cultivar es débil, delgada y por lo tanto vulnerable. Para resistir los embates intelectuales contra la fe en la etapa universitaria, es  preciso ser más proactivos, es decir, tomar activamente el control y decidir qué hacer en cada momento, anticipándose a los acontecimientos que nos puedan afectar.

Es preciso saber lo que realmente enseñó la Biblia para  responder a cualquier objeción que se  nos haga, pero también necesitamos crear grupos de cristianos universitarios para recrear tanto las ideas como las verdades bíblicas en un ambiente intelectual. Hay belleza y genialidad en las enseñanza de la biblia, pero se necesita trabajo para poder entenderlo.

2. No te dejes engañar por los malos argumentos ateos

Hay muchas versiones caricaturizadas de Dios que son fáciles de derribar. El dios descrito y rechazado por los ateos militantes simplemente no es el Dios de la Biblia. Si conoces a alguien ateo que dice que comprende a Dios, puedes estar seguro de que no lo comprende. Si no crees y dices que lo entiendes, no es Dios. Incluso la mayoría de los profesores de filosofía no conocen la idea de Dios que enseña la biblia.

3. Aprende los argumentos a favor de la existencia de Dios

Podemos saber que Dios existe, pero ese punto no es una mera cuestión de fe, existen argumentos lógicos y evidencias científicas acerca de la existencia de Dios. La existencia de la Vida, la perfección y complejidad del cuerpo humano, la inmensidad el universo, lejos de demostrar que Dios no existe, se convierten en las evidencias de que sin la dirección de Dios nada pudo ser posible.

4. Busca cristianos con ideas afines

Es muy probable que haya un ministerio cristiano en tu campus. Involúcrate de inmediato en él. Las personas con las que pasas tiempo tendrán un impacto sensible en lo que realizas y en lo que te convertirás.

No existen los cristianos solitarios, por eso es importante relacionarse activamente con quienes comparten tu fe. También es importante pasar tiempo leyendo sobre los científicos cristianos y entender cómo combinaron perfectamente su fe con la ciencia.

5. No te sientas mal por ir contracorriente

En la sociedad actual a menudo te sentirás como un villano si no te comprometes con las ideologías dominantes y las agendas asociadas con la moralidad liberal. Sin embargo, el pensamiento racional sólido lleva a las mismas conclusiones que los cristianos en cuestiones morales. No es necesario ser cristiano para estar de acuerdo con las ideas de los cristianos; solo hay que conocer la base filosófica de la moral, una teoría conocida como ley natural.

El amor real, abnegado y duro como las uñas, es la fuente de los preceptos de Dios, y por ello, si no parece tener sentido es porque no comprendes el amor real, la naturaleza humana real o el corazón de tu Padre amoroso.

6. Pon tu relación con Jesús en primer lugar

Nada en la vida, absolutamente nada, es más importante que una relación personal con Jesucristo, y esta relación debe formarse mediante la oración y la constante vida cristiana.

No dejes de congregarte, relaciónate con jóvenes universitarios como tú, pero también con el resto de la iglesia. 

Establece un buen horario temprano y no te des por vencido, incluso cuando falles (¡y lo harás!), lánzate a la misericordia de Dios. Cuando cometas un error, vuelve a Dios una y otra vez.

El cristianismo no se trata de un conjunto de creencias o prácticas, sino de una Persona, Jesucristo. El encuentro con Él es el propósito real que debe tener todo lo que hacemos.

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