Querétaro, Qro. – Mediante la Circular N. 16/2025, el obispo de Querétaro, Mons. Fidencio López Plaza, convocó a todos los sacerdotes, religiosos y fieles laicos de la diócesis a vivir intensamente el próximo mes de septiembre como el Mes de la Biblia, una tradición que busca fortalecer el encuentro personal con Dios a través de las Sagradas Escrituras.
En su mensaje pastoral, Mons. López Plaza recordó que la Palabra de Dios es siempre viva y actual: “Dios nos sigue hablando y su Palabra es siempre viva y confortante” (cfr. Dei Verbum 12 y 73). Este año, la celebración se enmarca en el Año Jubilar de la Esperanza, con el lema bíblico: “La esperanza no defrauda”.
Una invitación a renovar la esperanza
El obispo subrayó que vivimos en una crisis cultural y antropológica marcada por la desesperanza. Retomó pasajes bíblicos como la lamentación del pueblo de Judá en el exilio: “Se han secado nuestros huesos y se ha desvanecido nuestra esperanza” (Ez 37,11), así como la tristeza de los discípulos camino a Emaús: “Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel” (Lc 24,21). Frente a este panorama, animó a la comunidad diocesana a redescubrir en la Palabra de Dios la certeza de la esperanza cristiana.
Acciones para vivir el Mes de la Biblia
Mons. López Plaza propuso tres gestos concretos para toda la diócesis:
- Entronizar la Biblia en las casas y parroquias, dándole un lugar de honor en el hogar o en la comunidad.
- Compartir las catequesis preparadas por la Pastoral Bíblica en coordinación con la Provincia del Bajío, dirigidas a niños, jóvenes y adultos.
- Participar en la Lectio Divina provincial, que se transmitirá de manera virtual todos los viernes de septiembre a través de las redes sociales de la diócesis.
El prelado recordó las palabras de San Jerónimo, patrono de los estudios bíblicos, quien afirmó: “La ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo”. Por ello, animó a que durante este mes especial cada fiel se acerque con mayor profundidad a la lectura orante de la Palabra de Dios, renovando su encuentro personal con Cristo.
La circular concluye con la exhortación: “Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11,28).











