La Capilla “Nuestra Señora de la Merced” busca ser un espacio de oración, paz y esperanza para las jóvenes privadas de su libertad.
Con el objetivo de ofrecer un espacio espiritual a las jóvenes privadas de su libertad, la Arquidiócesis Primada de México, en coordinación con autoridades penitenciarias de la Ciudad de México, inauguró la capilla “Nuestra Señora de la Merced” en el Centro Especializado para Mujeres Adolescentes (CEMA), ubicado en la capital del país.
La inauguración tuvo lugar el Jueves Santo, 17 de abril de 2025, en el marco de la celebración de la Cena del Señor. La ceremonia fue presidida por Mons. Francisco Javier Acero Pérez, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis, quien celebró la Santa Misa acompañado por autoridades del centro, representantes de organismos colaboradores y las jóvenes internas.
Durante la celebración, Mons. Acero destacó que esta capilla será “un espacio de amor, de paz y reflexión para todas las personas de cualquier fe o denominación”, y subrayó que su propósito es ofrecer a las adolescentes “un lugar de oración y esperanza”.
Uno de los elementos más simbólicos de este nuevo recinto es un Cristo centenario, rescatado de antiguos centros para adolescentes, el cual fue colocado en el altar y ahora “da sentido y vida a este nuevo lugar sagrado”, como expresó la directora del CEMA, maestra Fabiola Zamora Díaz.
La construcción de la capilla nació de una petición hecha por la propia directora durante la Semana Santa de 2024 al Obispo Auxiliar. Gracias a la colaboración de la Dimensión de Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis, la Confraternidad Carcelaria de México A.C. y la Fundación Construyendo Comunidades Integrales, el proyecto pudo concretarse en menos de un año.
El presbítero Juan Manuel Hernández Rodríguez, mercedario y responsable de la Pastoral Penitenciaria, estará a cargo de la atención espiritual en este espacio.
Actualmente, el CEMA alberga a 16 jóvenes internas, quienes podrán acudir libremente a la capilla junto con sus familiares. Según expresaron los organizadores, este espacio busca ser un refugio donde las adolescentes puedan llorar, orar, encontrar paz interior y reconectarse con Dios.
Fuente: Desde la Fe
