La importancia de fortalecer el ministerio de niños

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El ministerio dedicado a la formación de los niños en la fe es de tal importa que de él depende la preparación de los infantes para conocer a Jesús, para aprender a enamorarse de Dios y su Palabra y a descubrir en actividades lúdicas el amor de Dios.

Cada actividad recreativa se debe enfocar a conocer la Palabra de Dios, la vida de Jesús y su amor por nosotros. Los niños son como esponjas que todo lo absorben y se quedan con lo que aprenden, por eso la responsabilidad de los líderes de este ministerio deben prepararse muy bien y tomar con mucha seriedad su servicio. 

Los niños son el corazón de la familia y las familias son el corazón de la sociedad. Eso hace que la responsabilidad de los líderes del ministerio infantil sea de los más importantes de una iglesia. Y esa es precisamente la razón por la que los miembros de la congregación deben apoyar con material didáctico, con sugerencias, con ideas y sobre todo con estímulos al ministerio. 

Lo que de niños aprenden en las dinámicas implementadas por los líderes del ministerio, nunca se les olvida. Niños con fuertes raíces cristianas, difícilmente son removidos, por eso cada actividad, cada dinámica, cada juego, deben ser muy estudiados previamente, por eso los pastores deben reunirse continuamente con los líderes para evaluar las actividades, las dudas, las inquietudes e incluso, los problemas que puede enfrentar el ministerio infantil.

No importa si los niños que acuden son uno o dos o cien, el número es lo menos relevante, lo verdaderamente importante es la formación que reciben y que no sólo son un receptáculo de educación cristiana, sino que con sus dinámicas se convierten en el alma de las iglesias, son los aportadores de las alegrías cotidianas y la esperanza de una iglesia fortalecida en un futuro próximo.

Es muy importante que la educación implícita en el ministerio de niños no sólo transmita verdades bíblicas, lo cual es muy importante porque otorga el conocimiento que todo cristiano debe tener en su acervo espiritual, sino que debe incluir los principios básicos de lo que significa la vida cristiana.

Aprender a vivir bajo principios cristianos es una responsabilidad de la familia, fundamentalmente de los padres de familia, sin embargo, el ministerio de niños es el encargado de reforzar dichos valores y un magnífico escenario para llevar a la práctica la vida cristiana, mostrando los valores de la solidaridad, el amor al prójimo, el perdón y la compasión.

No hay que olvidar que bien formados, esos niños serán en un futuro cercano los pilares de nuestra iglesia local. 

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