La urgente necesidad de fomentar los Ministerios de Matrimonios en nuestras iglesias

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Un ministerio de matrimonios en una iglesia cristiana es de altísimo valor en la actualidad, sobre todo considerando que nuestras iglesias están incrustadas en una sociedad que cada vez valora menos la unión conyugal, y desconoce o no aprecia la voluntad de Dios expresada en Mateo 19:6 “no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”.

“Lo que Dios juntó no lo separe el hombre” nos coloca en un dilema exegético:¿Acaso puede el hombre separar lo que Dios ha unido? Hay dos posibilidades:  O Jesús dictó una sentencia que deja imposibilitada la facultad humana de ir en contra del deseo de Dios de no separar lo que Dios ha unido, o Jesús solamente expresó su deseo de que el hombre haga la voluntad de Dios sosteniéndose dentro del matrimonio a pesar de las adversidades.

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La primera posibilidad hace del matrimonio un acto indisoluble a pesar de la separación, de tal manera que el casado, casado está, y aún separándose el matrimonio prevalece, de tal manera que el casado que se “divorcia” ante la ley humana, continúa casado ante la ley de Dios. Visto así, un segundo matrimonio no es más que vivir en un estado de infidelidad, adulterio y fornicación (Mateo 19:9).

La segunda interpretación condena al hombre que rompe el pacto conyugal a vivir en estado de desobediencia de la voluntad de Dios por sí haber desunido lo que Dios había unido. Esta interpretación de la Palabra de Dios nos lleva pensar que un segundo matrimonio obligaría a Dios a unir nuevamente en matrimonio a quien se casa una segunda vez.

No obstante, cualquiera que sea la interpretación correcta, en ambos casos el divorcio nos lleva a la presencia de un acto contrario a la voluntad de Dios.

Un ministerio de matrimonios tiene el altísimo propósito de trabajar con los matrimonios para que cumplan con el mandato de Dios de preservar el matrimonio luchando contra toda adversidad.

¿Por qué hoy es tan necesario un ministerio de matrimonios? Porque la realidad actual es que, tan sólo en el caso de México, los matrimonios disuelven en cifras alarmantes su compromiso de “no ser ya más dos sino ser una sola carne”.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) En México, durante 2021 se registraron 453,085 matrimonios, sin embargo, en ese mismo año se registraron 149,675 divorcios, es decir, el el 33% se divorcia.

Para redondear el conocimiento del estado de matrimonios y divorcios en México, debemos decir que en la última década computada hay una tendencia a casarse menos y a divorciarse más, cómo podemos apreciar en las siguientes dos gráficas que muestra los miles de matrimonios y divorcios en la última década:

Fuente: INEGI
Fuente: INEGI

Si bien es cierto que los primeros cinco años son los más críticos para la permanencia en el matrimonio, también es cierto que en los matrimonios maduros las crisis amenazantes perduran. De acuerdo a datos del INEGI de los divorcios registrados en 2021, el 31 % de las parejas estuvieron casadas 20 años o más.

Por eso cada iglesia debe fomentar la creación de un ministerio de matrimonios, con el propósito de dignificar la unión conyugal entre un hombre y una mujer que da fundamento a la familia, que es la institución que sostiene a la sociedad. 

Ni el Estado ni sus instituciones pueden cumplir con esta fundamental tarea con mayor eficiencia que nuestras iglesias cristianas, pues contamos con el sólido cimiento de la Palabra de Dios que le da al matrimonio la dignidad de estar en la fundamental voluntad de Dios.

Las iglesias cristianas tienen las herramientas bíblicas para preparar a las parejas jóvenes que piensan casarse para que lleguen al matrimonio con un sólido conocimiento de lo que la unión conyugal significa, de la misma manera que tienen, nuestras iglesias, la capacidad de trabajar con matrimonios dañados a nivel físico, moral y espiritual, y qué conozcan el verdadero plan de Dios para ellos, lo apliquen a sus vidas y sean de impacto a otros matrimonios.

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