Un ministerio de jóvenes es aquél en que adolescentes y jóvenes se integran para dar rienda suelta a sus preguntas y reflexiones sobre Dios, sobre la Biblia y como aplicar esas lecciones a sus propias vidas. En este intimo grupo los jóvenes se sienten libres para expresar sus opiniones.
La idea es que los jóvenes disfruten las sesiones a través de actividades, experimentos y compartiendo experiencias, de esta manera, con su frescura y brillantez, se logra que ellos mismos quieran saber mas de Jesús y seguir su camino.
Este grupo aprovecha cada oportunidad para compartir la palabra del Señor tanto dentro de las sesiones de jóvenes como fuera de ellas mientras se toman un café, cuando salen de paseo al cine, si salen en el parque jugando pelota, o si salen de misioneros.
Los jóvenes descubran que la decisión de ser cristiano no avergüenza, no debe ser impuesta por otros, no es para evitar un castigo o ganarse un premio, sino para amar a Jesús y conocer toda su gran misericordia para con nosotros.
Además de crear y afianzar una relación intima con Jesús, este ministerio también tiene la intención de poner al servicio de los jóvenes un líder cristiano que comparta tiempo de calidad con ellos, escuche las cosas cotidianas que pasan en sus vidas, ofrezca compañerismo, guía emocional y espiritual.
Un ministerio de jóvenes busca siempre consolidar su discipulado y ser la sal de la tierra y luz del mundo (Mt. 5, 13-16):
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.
