Mayo, el mes de María: un tiempo para volver el corazón a nuestra Madre

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En la tradición de la Iglesia Católica, mayo es un mes especialmente consagrado a la Virgen María. Es un tiempo que invita a todos los fieles, familias, comunidades y parroquias a volver el corazón hacia la Madre de Jesús, la mujer sencilla de Nazaret que supo decir “sí” a Dios sin reservas, y que sigue acompañando con amor de madre a sus hijos en cada etapa de la vida.

¿Por qué mayo es el mes de María?

Desde hace siglos, la piedad popular ha reservado el mes de mayo para honrar de manera especial a la Virgen. Aunque no hay una institución oficial que lo haya decretado, la costumbre nació en Europa durante la Edad Media, especialmente en ambientes escolares y universitarios, como un modo de consagrar a María el mes que simboliza la vida, la primavera, el florecimiento y la belleza. Era natural asociar esta estación con quien es llamada “la flor más bella”, “la llena de gracia” y “la Madre del Amor hermoso”.

Con el tiempo, esta devoción se difundió por todo el mundo católico y se arraigó profundamente en países como México, donde tantas familias sienten una relación cercana, afectiva y confiada con la Virgen, especialmente en su advocación de Guadalupe.

Un mes para honrar, orar y aprender de María

Celebrar el mes de María no es sólo cuestión de rezar más, sino de amar más. Es redescubrir en nuestra vida el papel maternal de quien cuida, guía, intercede y enseña a vivir como verdaderos discípulos de Jesús. Algunas formas sencillas de vivir este mes mariano son:

  • Rezar el Rosario en familia o en comunidad, pidiendo especialmente por la paz, las familias y los enfermos.
  • Colocar un altar doméstico con una imagen de María, flores frescas y una vela encendida como signo de oración y presencia.
  • Participar en las celebraciones marianas organizadas por la parroquia, como procesiones, ofrendas florales, cantos o consagraciones.
  • Imitar sus virtudes: humildad, fe, generosidad, paciencia y capacidad de escuchar la voluntad de Dios.
  • Leer y meditar pasajes bíblicos sobre María, dejándonos tocar por su sencillez, valentía y ternura.

María, modelo de fe para tiempos difíciles

Hoy más que nunca, necesitamos volver los ojos a María. En medio de las incertidumbres del mundo, de los problemas familiares, de las crisis sociales o espirituales, ella es refugio seguro, consuelo maternal y estrella que nos conduce a Cristo. Ella conoce nuestras penas, porque también sufrió. Ella nos comprende, porque también fue madre, mujer y creyente. Ella intercede por nosotros, como en las bodas de Caná, cuando dijo: “No tienen vino”.

María nos enseña a confiar en Dios incluso cuando no entendemos, a esperar cuando todo parece perdido, y a amar cuando es más difícil hacerlo. Este mes es una oportunidad para volver a sus brazos y dejar que su ternura nos sane y renueve.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios

Que mayo no pase como un mes más en el calendario. Que sea un mes de oración, de esperanza, de reconciliación y de amor. Que podamos decir como san Juan: “La recibí en mi casa”, es decir, la hice parte de mi vida. Porque donde está María, también está Jesús, y donde están ellos, hay paz, luz y alegría.

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