El pasado 28 de abril, monseñor Fidencio López Plaza, Obispo de Querétaro, celebró su cumpleaños número 75, edad canónica en la que los obispos deben presentar su renuncia al Santo Padre. Sin embargo, este proceso ha quedado momentáneamente en pausa, debido al reciente fallecimiento del Papa Francisco y a la espera del nombramiento del nuevo Sucesor de Pedro, quien deberá recibir y eventualmente aceptar dicha renuncia.
En un emotivo mensaje publicado en sus redes sociales, monseñor Fidencio resumió este momento de vida en tres palabras profundas: Gracias, Fraternidad y Nacer de Nuevo. Agradeció las oraciones y felicitaciones recibidas, compartió la experiencia de haber celebrado este cumpleaños en la Basílica de Guadalupe junto a sus hermanos obispos —una imagen conmovedora de la Iglesia unida bajo el manto de María— y, fiel a su estilo pastoral, reafirmó su llamado a una vida en el Espíritu: “Hay que nacer de nuevo”.
Nacido en San José Iturbide, Guanajuato, y nombrado obispo de Querétaro en 2020 por el Papa Francisco, monseñor López Plaza ha sido reconocido por su cercanía con la gente, su sensibilidad pastoral y su compromiso con una Iglesia sencilla, misionera y profundamente humana.
Como recordó el vicario general de la diócesis, monseñor Martín Lara Becerril, aunque se ha cumplido el requisito canónico, no hay un plazo definido para la aceptación de la renuncia, por lo que el obispo continuará al frente de la diócesis hasta que el nuevo Papa tome una decisión.
Mientras tanto, el pueblo católico queretano sigue caminando con su pastor, que no deja de sembrar esperanza y recordar que, en Cristo, siempre estamos invitados a comenzar de nuevo. Porque nacer de nuevo —como él mismo ha dicho— no es sólo un inicio, sino un estilo de vida.
